1º
Estudia. El
derecho se transforma constantemente. Si no sigues sus pasos, serás cada día un
poco menos abogado.
2º
Piensa. El
derecho se aprende estudiando, pero se ejerce pensando.
3º
Trabaja. La
abogacía es una ardua fatiga puesta al servicio de la justicia.
4º
Lucha.
Tu deber es luchar
por el Derecho; pero el día que encuentres
en conflicto el Derecho con la justicia, lucha por la justicia.
5º Sé
leal.
Leal para con tu
cliente, al que no debes abandonar hasta que comprendas que no es digno de ti. Leal
para con el adversario, aun cuando él sea desleal contigo. Leal para con el
juez, que ignora los hechos y debe confiar en lo que tú le dices; y que, en
cuanto al Derecho, alguna que otra vez, debe confiar en el que tú le invocas.
6º
Tolera. Tolera
la verdad ajena en la misma medida en que quieres que sea tolerada la tuya.
7º
Ten paciencia. El
tiempo se venga de las cosas que se hacen sin su colaboración.
8º
Ten fe. Ten
fe en el Derecho como el mejor instrumento para la convivencia humana; en la
justicia, como destino normal del Derecho;
en la paz, como substitutivo bondadoso de la justicia; y sobre todo ten fe en
la libertad, sin la cual no hay Derecho, ni justicia, ni paz.
9º
Olvida. La
abogacía es una lucha de pasiones. Si en cada batalla fueras cargando tu alma
de rencor, llegará un día en que la vida será imposible para ti. Concluido el
combate, olvida tan pronto tu victoria como tu derrota.
10º
Ama tu profesión.
Trata de considerar la abogacía de tal manera que el día en que tu hijo te pida
consejo sobre su destino, consideres un honor para ti proponerle que se haga
abogado.
Cortesía del Lic. Juan Ant. Pichardo
Contador & Abogado
Este es un humilde recordatorio para todos los colegas del ejercicio del Derecho. Cambiemos la percepción que se tiene de nosotros los abogados. !!Si podemos ser diferentes!!
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